17 Ene Masculinidad madura y la integridad conmigo mismo
En MKP decimos que hay distintos tipos de compromisos: conmigo, con otros y con instituciones. Cuando no cumplo acuerdos con otros o con instituciones, es relativamente fácil que me llamen a rendir cuentas. Por ejemplo: olvidar una cita para café con mi hijo o no pagar el impuesto predial. Pero, ¿qué sucede cuando no cumplo conmigo?…
Foto: Fares Hamouche https://unsplash.com/@fodelwdc
Estos son algunas preguntas que me hago al respecto:
- ¿Me soy fiel a mi o soy fiel a otros/a la comunidad?
- ¿Tomo compromisos para estar en integridad conmigo o con los demás?
- ¿Cumplo mis metas aunque nadie lo note?
Fiel a mí mismo
Entre más soy fiel a mi mismo, puede ser que me aísle. Entre más sea fiel a los demás, puede ser que me pierda a mi mismo.
En el camino hacia una masculinidad madura, mantener el balance entre lo que pienso, siento, digo y hago; y lo que los demás esperan de mi es un arte que -en MKP- aprendemos viendo a otros hombres tomar, con consciencia, sus decisiones y asumir, maduramente, sus consecuencias.
Rendir cuentas, un compromiso conmigo mismo:
Es relativamente fácil pedirle cuentas a alguien que prometió hacer algo y no cumplió. Sin embargo, no es tan fácil aceptar que me llamen a cuentas, sobre todo si no he cumplido. No me gusta y a menudo busco excusas.
Una masculinidad madura implica cumplir con lo que me comprometí a hacer antes que alguien me lo pida. Quizá lo más difícil es llamarme a cuentas cuando estoy a solas. Tiene que ver con esas “pequeñas mentiras” que digo o me digo, para “justificar” mi incumplimiento.
Integridad con mis metas
Estoy fuera de integridad no solo cuando no cumplo un compromiso o meta pactada, también cuando me impongo demasiadas o éstas son poco realistas.
Estar en integridad conmigo puede tener impactos colectivos positivos: Cuando escucho un comentario misógino u homofóbico, y expreso públicamente mi molestia o rechazo a estos; puede que sienta ansiedad o miedo de ser etiquetado por mi postura inclusiva o aliada a estos grupos; pero por el contrario expresar públicamente mis valores de respeto, inclusión, equidad me evidencia como un hombre maduro, sin estereotipos; quedarme callado o aplaudir el comentario me disminuiría.
La integridad conmigo la debo practicar cada día, por eso es importante para mi darme pausas durante el día y revisarme: respirar profundo y verme con compasión. En cada momento puedo dejar de estar en buena relación conmigo. Una masculinidad madura empieza mi auto exploración y ser coherente con mis valores y mis acciones.
El transitar a una masculinidad madura, implica la capacidad de ir a mi interior, la sabiduría de retirarme a mi cueva como el oso y el valor para ver y combatir mis sombras. El corazón para conectar con mis emociones, sentimientos, mis sueños y de ahí, la voluntad para ponerme en acción y cuidarme en el proceso.
En los entrenamientos de la Aventura del Nuevo Guerrero, de MKP invitamos a cada hombre a descubrir nuevas facetas de su masculinidad, a identificar sus sombras y a reconocer lo que siente, lo que piensa, lo que dice y lo que hace para estar día a día en integridad consigo mismo.